MONEDAS DE GALICIA

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Felipe II


Introducción.


En 1556 Carlos I abdica la corona del reino de España a favor de su hijo Felipe, como ya anteriormente había ocurrido con otros territorios de los que era titular. Permaneció en el trono hasta su fallecimiento en 1598, convirtiendo su corona en la mayor potencia europea y en el primer imperio de carácter mundial, con presencia en los cinco continentes.

Esta primacía en lo político lo fue a costa de una gran inversión lo que llevó a graves problemas económicos, con un constante incremento de impuestos, altas tasas de inflación, ruina de la incipiente industria y empobrecimiento general de la población, produciéndose, a lo largo de su reinado, tres bancarrotas.


Descripción.


En lo monetario, podemos distinguir cuatro periodos diferentes. El primero abarca hasta la reforma de 1566 durante el cual sigue en vigor el sistema numerario instaurado por los Reyes Católicos. Parece probado que en estos años se mantienen las acuñaciones a nombre de estos, con las mismas características que las originales, de las cuales solamente se diferenciarían por las marcas de los ensayadores. El hecho de que dichas marcas de los ensayadores sean coincidentes antes y después de dicha reforma en la mayoría de las cecas parece ratificar tal afirmación.

Este sería el caso de la ceca coruñesa según se deduce de algunos documentos de la época haciendo alusión a sus acuñaciones. Lo que no está tan claro es poder establecer con precisión qué piezas concretas corresponden a cada reinado. En este sentido, se ha apuntado por diferentes autores que marcas como A, S y A-S pueden asociarse con Antonio de Salamanca, ensayador a quien sustituye Sebastian Vázquez en 1557 por renuncia del primero. Aún aceptando la atribución (que parece clara para la combinación A-S, pero harto dudosa para las iniciales por separado) nada podemos afirmar respecto a que correspondan a los tiempos de Felipe o de su padre Carlos en los que el ensayador ya ejercía su cargo. En tanto la cuestión no se aclare, por prudencia, clasificaremos toda la moneda acuñada a nombre de los Reyes Católicos en el apartado dedicado a los mismos.

La segunda época se iniciaría con la promulgación de la pragmática de 14 de diciembre de 1566 donde se establece una nueva estampa para las monedas, incluyendo la mención al monarca reinante, pero también con cambios de calado en cuanto a métrica y composición. Se acuñaron piezas de cuartillos, cuartos, medios cuartos y blancas. Las tres primeras tendrían un alto contenido en plata (215 milésimas) y las últimas, para compensar su pequeño tamaño, serían de una ley menor (14 milésimas) y mayor peso (1.04 gramos). No conocemos ninguna pieza de las de vellón rico que pudiera haberse acuñado en Coruña; respecto a las blancas, estas se mantienen sin cambios en la siguiente etapa, por lo que posiblemente correspondan a ella, tal como veremos a continuación.

Hacia 1580 (aunque por ciertos indicios apunto como posible fecha 1576) se inicia una tercera etapa en la cual el monarca autoriza la emisión de piezas de un cuarto (4 maravedís) y medio cuarto (2 maravedís) en vellón pobre, reduciendo sensiblemente su contenido en plata, probablemente a la misma ley que ya portaban las blancas que, recordemos, era de 14 milésimas. De esta serie son las piezas conocidas de Coruña, con marca V, en las que nos centraremos a continuación.

Por último, la disposición real de 31 de diciembre de 1596 establece con una nueva tipología de las piezas de vellón, sin liga de plata, que posteriormente se modificó el 1 de febrero de 1597, añadiendo una ley de un grano de plata (es decir, algo más de 3 milésimas) y el 19 de julio del mismo año, ajustando su peso. En cualquier caso, se señala como única ceca operativa el Ingenio de Segovia, por lo que no existen piezas de origen gallego.

En resumen, las piezas de vellón acuñadas en Coruña durante el reinado de Felipe II a su propio nombre fueron las que se indican a continuación.

2 maravedíes, también denominada medio cuarto u ochavo, con una ley de 14 milésimas y un peso teórico de 4,18 gramos. En el anverso figura un castillo cuyo cuerpo central tiene representados tres lados y sobre cada uno de ellos una torre; a ambos lados del mismo las marcas de la ceca, una venera, y del ensayador, una V, apareciendo esta habitualmente a la derecha acotada por dos puntos, todo ello incluido en un círculo de puntos y rodeado por la leyenda +•DON•PHILIPPE•II•. En el reverso, león rampante coronado a izquierda en un círculo de puntos y alrededor la leyenda +•REI•DE•HESPANA•. En ambas caras, la cruz de la leyenda es de malta y los separadores entre palabras pequeños triángulos sin una orientación específica. Es de destacar que constituye la primera emisión con leyendas en castellano, característica que solo comparten las cecas de Burgos y Valladolid y que no se repetirá hasta el siglo XIX.

Nosotros pensamos que existen dos emisiones diferenciadas por varias razones. En la primera de ellas (Tipo 1) la venera que señala la marca de ceca presenta dos orejuelas de forma triangular separadas del cuerpo central. El castillo está rematado por un adarve liso y las torres superiores laterales presentan una vista frontal. El cospel suele ser redondeado, de unos 23 milímetros, dando cabida a una parte sustancial de las leyendas exteriores y su peso, aunque inferior al teórico, suele rondar los 3,60 gramos.

En la segunda emisión (Tipo 2) la venera carece de orejuelas o estas están apenas insinuadas como protuberancias del cuerpo central. El adarve del castillo está almenado y las torres laterales tienen también vista lateral por lo que las almenas superiores están inclinadas. El cospel es con frecuencia cuadrangular o irregular, falto de peso (aproximadamente 3,10 gramos) y de un ancho máximo de unos 22 milímetros por lo que las leyendas exteriores son incompletas o casi inexistentes. Finalmente el león del reverso es más tosco y en muchos casos semeja estar caminando con una de las patas levantadas hacia delante.

Ambas emisiones son abundantes, careciendo de datos para tratar de establecer la cronología u orden de las mismas, aunque parece más lógico que el tipo 1, por sus características, pueda ser el primero. Asimismo, se conocen piezas, mucho más escasas, que podemos considerar de transición, compartiendo elementos de ambas series. Así, hemos visto una pieza con la primera de las venera en la cual el adarve es almenado y las torres laterales están inclinadas (Tipo 1a), y algunas de segundo modelo con las torres laterales de frente, bien con el adarve liso (Tipo 2a), como almenado (Tipo 2b).

Por otra parte, también hay otras variantes en el castillo, en cuanto al número o forma de las ventanas en cada una de sus partes, la más destacada de las cuales es la que presenta ventanas circulares a los lados de la puerta.

Asimismo, hay diferentes variedades tanto en las marcas principales como secundarias. Así tenemos:

• V sin puntos a la derecha del castillo. Muchas de las catalogadas como tales corresponden a una mala lectura de las piezas, en las que en realidad sí están presentes los puntos, aunque poco marcados o confundidos con los de la orla circular debido a la baja calidad de las acuñaciones. Aún así, lo cierto es que otros casos parecen presentar efectivamente esta particularidad.
• V con roeles en lugar de puntos. Como en el caso anterior, puede corresponder a un defecto de acuñación más que a una variante real.
• V a la izquierda del castillo.
• Cuatro roeles grandes bajo el castillo.
• Cuatro roeles pequeños bajo el castillo.
• Tres roeles bajo el castillo.
• Un solo punto bajo el castillo.


En cuanto a las leyendas, como ya hemos comentado, su lectura es en general muy complicada por su ausencia total o parcial. Aún así, se han podido identificar variantes en su composición, que se indican a continuación:

• Separación con puntos en lugar de triángulos.
• * separando las leyendas.
• Leyendas sin separadores.
• DNO en lugar de DON en el anverso.
• DE HE*ESPANA por DE•HESPANA.
• Triángulo antes de la I de REI.


Blanca o medio maravedí, también con una ley de 14 milésimas y un peso teórico de 1,04 gramos. El anverso es similar al de la pieza 2 maravedies, excepto que carece de leyenda exterior. En el reverso figura el monograma del monarca con una corona encima y marcas a los lados, todo dentro de un círculo de puntos. Presentan un diámetro entre 14 y 16 milímetros.

El número de piezas conocido es muy escaso y su calidad y conservación, en general, mala, por lo que es complicado realizar una clasificación sistemática. A pesar de ello, parece que las dos emisiones indicadas para las piezas mayores existen también para las menores.

En cuanto a las marcas, estas habitualmente consisten en una venera a la izquierda del castillo, una V acotada por puntos a la derecha y estrellas a los lados del monograma del reverso. Respecto a sus variantes, sirva lo dicho en el párrafo anterior en cuanto a su dudosa clasificación. Las conocidas son:

• Estrella sobre el castillo.
• Puntos en lugar de estrellas en el reverso.


Algunos catálogos recogen otras variedades diferentes que nosotros hemos descartado por diversos motivos. Así, Paz (pz) indica una serie de piezas con la V invertida o marcas en el reverso que no conocemos y que desaparecen de su obra posterior (pa) por lo que las interpretamos como errores iniciales del autor. Asimismo afirma la existencia de piezas de media blanca, también recogidas por Cayón (cc), que tampoco hemos visto y que no se corresponden con la documentación de la época. Paz reseña (pa) una pieza con un triángulo sustituyendo el punto izquierdo de la marca que también desconocemos. Tanto Fontecha (fo) como Calicó (ca) hablan de blancas con marca V sin puntos; si ya nos cuesta identificar con claridad esta marca para los ochavos, en el caso de las blancas no encontramos prueba alguna que pueda confirmar esa hipótesis. Jarabo (js) apunta a una venera invertida pero en la imagen que aporta no se aprecia tal. Por último, en esta misma obra se señala una blanca con dos puntos en lugar de estrellas, pero en dicha pieza no se ve, por estar descentrada, el lado derecho; nosotros, basándonos en la observación de otras piezas similares apuntamos a que sólo existe punto en el lado izquierdo, conservando la estrella en el derecho.

Además de las mencionadas piezas de vellón, existen unas monedas en plata que suscitan ciertas dudas en cuanto a su origen. Se trata de sendas piezas de dos reales de la ceca de Segovia, con su correspondiente marca de ensayador D, a derecha en un ejemplar y a izquierda en el otro, pero que presentan como peculiaridad una venera bajo el león del segundo cuartel del reverso. Paz las incluye como gallegas bajo el supuesto de que se acuñaron en Segovia para Coruña, lo cual es un contrasentido en sí mismo. Otra posibilidad sería que se hubieran reutilizado en la ceca coruñesa los cuños provenientes de Segovia, lo cual también resultaría extraño al conservar la marca primitiva del ensayador, garante de su ley, lo que implicaría que el mismo debería haber avalado dichas emisiones, bien por su presencia física en la ciudad herculina o bien por delegación. Como suele ser habitual, dejamos constancia de ello pero no las incluimos en el catálogo en tanto no dispongamos de mejores pruebas para su atribución.





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